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¿Una guerra en las minas?, por Mirko Lauer

"La situación del Vraem suele explicarse por lo inhóspito del territorio, por una población que depende del narcotráfico, por un Estado que no considera prioridad la derrota del narcosenderismo".

Nos hemos acostumbrado a una guerra que no podemos ganar, en territorio selvático. La extraña mezcla de narco con predicador senderista sobrevive oculta en la madriguera que es el Vraem, por más de 20 años. Los ayuda un cálculo de costo-beneficio: el gasto militar de un lado y el menor ingreso por la interdicción de la droga del otro crean una contabilidad en rojo.

Lo mencionamos porque vamos camino de otra guerra que acaso tampoco se pueda ganar. La llamada minería ilegal (en realidad mineros + narcos + tratantes de personas) viene acumulando fuerza y dinámica que en algunas zonas ya la vuelven invencible. Los conocedores dicen que el problema está por todo el país.

La situación del Vraem suele explicarse por lo inhóspito del territorio, por una población que depende del narcotráfico, por un Estado que no considera prioridad la derrota del narcosenderismo. El caso de la minería ilegal es muy distinto: la geografía no le es propicia a ese delito, las minas legales atacadas son una prioridad nacional.

¿Por qué entonces ha crecido tanto la capacidad operativa militar de los mineros ilegales? El Estado no tiene suficientes recursos policiales para enfrentarlos, la minería legal no quiere ni puede recurrir a la violencia, el gobierno ve la situación como una sucesión de incidentes, no como un desafío estratégico en forma.

Todavía hay alguien, en algún lugar, aconsejando que lo mejor es no hacer nada en el caso de la minería. Pero la versión de los hechos en boca de los mineros legales particulares va en otra dirección. Todos quieren más y mejor protección de las unidades productivas frente a los agresivos delincuentes, sobre todo del oro.

Pero es una situación que puede estallar y escalar en cualquier momento y lugar. Por lo pronto la minería ilegal fue clave en el aceleramiento y la expansión de la violencia cuando cayó Castillo. Ahora tenemos Pataz, como ofensiva difícil de atajar. Hasta el momento es la criminalidad minera la que mantiene la ofensiva sobre el terreno.

Es improbable que la minería ilegal quiera instalarse en una guerra prolongada como la de los narcos del Vraem. Pero podría gustarle dar unos pocos golpes de gran peso que descoloquen políticamente a las fuerzas del orden y a las propias empresas mineras. ¿Quién está listo para una ofensiva de ese tipo?

Mirko Lauer

Observador

Un poemario cada tantos años. Falso politólogo. Periodismo todos los días. Natación, casi a diario. Doctor por la UNMSM. Caballero de la Orden de las Artes y las Letras, Francia. Beca Guggenheim. Muy poco twitter. Cero Facebook. Poemario más reciente, Las arqueólogas (Lima, AUB, 2021). Próximo poemario, Un chifa de Lambayeque. Acaba de reeditar la novela policial Pólvora para gallinazos (Lima, Vulgata, 2023).